El Ejército ruso ejecutó entre la noche del jueves y la madrugada del viernes un ataque masivo contra instalaciones militares en Ucrania, según informó el Ministerio de Defensa de Rusia. La operación, explicaron, fue una respuesta directa a los “actos terroristas del régimen de Kiev”, en referencia a una reciente escalada de ataques ucranianos contra objetivos en territorio ruso.

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La ofensiva incluyó el uso de armamento de alta precisión lanzado desde aire, mar y tierra, así como vehículos aéreos no tripulados. Los blancos, según Moscú, fueron oficinas de diseño, talleres de fabricación y reparación de equipos bélicos, plantas de ensamblaje de drones de ataque, centros de entrenamiento de pilotos y depósitos de armas de las Fuerzas Armadas ucranianas.

Durante el ataque, las alarmas aéreas se activaron en todo el territorio ucraniano. Medios locales reportaron explosiones en múltiples ciudades, entre ellas Kiev, Lutsk, Chernígov, Ternópol, y también en las provincias de Jmelnítskiy y Lvov.

El operativo ocurre en un contexto de creciente tensión, luego de que Ucrania intensificara sus ataques contra infraestructuras dentro de Rusia. El pasado fin de semana, drones FPV habrían impactado aeródromos militares en Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Riazán y Amur, causando daños significativos.

También se denunciaron ataques a objetivos civiles, como puentes ferroviarios en Briansk y Kursk, y edificios civiles en la provincia de Kursk, incluyendo una escuela y un centro cultural. Además, el puente de Crimea, infraestructura clave que conecta la península con el sur de Rusia, fue objetivo de un nuevo ataque.

El jueves, misiles HIMARS lanzados por Ucrania impactaron zonas residenciales en Kursk, donde murieron dos mujeres. En Vorónezh, una vía ferroviaria fue dañada por una explosión.

Frente a estos hechos, el presidente ruso Vladímir Putin cuestionó la posibilidad de avanzar en negociaciones de paz con un “régimen que apuesta por el terror”. En declaraciones del miércoles, acusó al Gobierno ucraniano de degenerarse en una organización terrorista, y señaló a sus aliados occidentales como cómplices de esos actos. “¿Quién negocia con terroristas?”, planteó Putin.

En paralelo, el presidente de EE.UU., Donald Trump, declaró que sostuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso en la que Putin le habría advertido sobre una inminente respuesta a los ataques ucranianos contra aeródromos. Un día después, Trump agregó que dicha respuesta “no va a ser bonita”.

Las declaraciones de Trump coinciden con nuevas acusaciones del economista estadounidense Jeffrey Sachs, quien aseguró que los recientes atentados ucranianos contra aeródromos rusos habrían contado con el apoyo del MI6 británico y la CIA estadounidense.

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