Los países del grupo BRICS adoptaron en Brasilia un documento base sobre financiamiento climático que refleja su estrategia coordinada para impulsar acciones contra el cambio climático y transformar la arquitectura financiera global.

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El acuerdo, aprobado durante la Reunión de Alto Nivel sobre Cambio Climático y Desarrollo Sostenible, define las prioridades del bloque de cara a la COP30 que se realizará en Belém, Brasil, en noviembre próximo.

El marco establece directrices para reformar los bancos multilaterales de desarrollo, ampliar el a financiamiento concesional y movilizar capital privado hacia proyectos climáticos en el Sur Global.

Tatiana Rosito, secretaria de Asuntos Internacionales del Ministerio de Finanzas de Brasil, explicó que “por primera vez, habrá un documento que oriente una acción común y colectiva de los Brics en el área de financiamiento climático, que involucre, por ejemplo, reformas de la banca multilateral, financiamiento más concesional y también la movilización de capital privado y cuestiones regulatorias para asegurar que los flujos puedan llegar a los países en desarrollo”.

Rosito aseveró “aunque no sea un documento de negociación, puede contribuir a desbloquear las negociaciones e impulsar la acción climática”.

La iniciativa se alinea con la Declaración de Kazán adoptada en 2024, que situó al Acuerdo de París como eje central de la cooperación BRICS y rechazó medidas comerciales unilaterales aplicadas bajo argumentos ambientales.

Liliam Chagas, directora de Clima de la cancillería brasileña, confirmó que el documento será presentado a los líderes de los países BRICS.

Los países del BRICS acordaron medidas para flexibilizar el a patentes y tecnologías vinculadas a la acción climática, con el objetivo de acelerar la transferencia de conocimientos entre las naciones del bloque. Como parte de este compromiso, establecerán una plataforma colaborativa dedicada a la investigación y desarrollo de tecnologías limpias.

El bloque anunció la creación de un laboratorio especializado para evaluar el impacto de las políticas climáticas en los flujos comerciales.

De acuerdo con Chagas, esta herramienta permitirá a los países «anticipar efectos sobre sus exportaciones y ajustarse a las demandas ambientales globales».

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