El gobierno haitiano formalizó un acuerdo con Erik Prince, el fundador de la empresa Blackwater-Academi en la actualidad- donante y aliado de Donald Trump, para realizar operaciones contra las pandillas que asedian Puerto Príncipe. La información fue revelada por The New York Times (NYT), destacando el impacto de esta intervención en la ya frágil situación del país caribeño.

Desde marzo, el equipo de Prince ha estado operando drones que, según informes, causaron la muerte de más de 200 personas. Sin embargo, no se confirma la neutralización de ningún líder pandillero ni la captura de objetivos relevantes.

El plan de Prince incluye el reclutamiento de veteranos haitiano-estadounidenses y el despliegue de hasta 150 mercenarios durante el verano. Además, se reporta el envío de un importante cargamento de armas a Haití.

La istración Trump niega cualquier implicación en esta operación. Las autoridades haitianas no revelaron el monto del contrato con Prince, y no existe un registro público de una licencia de exportación de defensa estadounidense. La falta de transparencia alimenta las alarmas sobre el alcance real de la intervención.

Según los informes, Prince busca expandir su contrato para incluir áreas como aduanas, recaudación de impuestos y otros servicios gubernamentales. De concretarse, esto implicaría una privatización de funciones estatales clave, otorgando un control importante al mercenario dentro del gobierno haitiano.

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La situación en Haití es crítica. La policía local se encuentra superada por las pandillas, y las misiones internacionales no logran estabilizar el país. Las bandas armadas han tomado prisiones, incendiado comisarías y provocado el desplazamiento de un millón de personas. La ONU advierte sobre el riesgo de que la capital caiga en manos de los grupos criminales.

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La trayectoria del mercenario profesional Erik Prince está marcada por operaciones militares cuestionadas, incluyendo la masacre de Bagdad en 2007, perpetrada por contratistas de Blackwater, por la que fue acusada de violaciones de derechos humanos durante la invasión estadounidense en Irak. Los críticos advierten que su presencia en Haití podría exacerbar la violencia y desestabilizar aún más la nación.

De acuerdo al NYT, la presencia de contratistas militares en Haití está envuelta en controversia, incluyendo la acusación de mercenarios colombianos, contratados por una empresa estadounidense, en el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.

Rod Joseph, veterano haitiano-estadounidense, reveló conversaciones con Erik Prince sobre el suministro de personal, inicialmente bajo la aparente aprobación de EE.UU., para luego depender del gobierno haitiano. Prince planeaba enviar soldados salvadoreños y helicópteros para combatir a las pandillas.

Los mercenarios de Prince en América Latina

Recientemente Prince se desplegó en Ecuador durante unos operativos en Guayaquil, en compañía de los ministros de Interior y defensa del gobierno de Daniel Noboa. El año pasado, lanzó la campaña «Ya casi Venezuela», buscando recaudar fondos para intentar acciones terroristas contra el gobierno de Nicolás Maduro mediante la contratación de mercenarios.

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La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció un complot entre Exxon Mobil, el presidente de Guyana y Erik Prince para atacar una plataforma petrolera en el Esequibo, con el objetivo de justificar acciones militares contra Venezuela.

Actualmente, Prince opera como «consultor de seguridad» para aliados de Estados Unidos en la región, manteniendo vínculos con intentos de desestabilización contra gobiernos adversos a Washington.

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