A través de una publicación en la red social X, Lazzarini denunció que el punto de distribución de la ayuda humanitaria en marco del plan israelí-estadounidense se instaló muy lejos del sur de la ciudad de Rafah, lo que obliga a miles de personas desesperadas que sufren hambre, a caminar decenas de millas, dirigiéndose al distrito reducido a ruinas por los bombardeos masivos de Israel.

El comisario general de ese organismo enfatizó que los suministros de ayuda humanitaria deben ser «amplios y seguros» y ser controlados «solo por la ONU y la UNRWA». Su declaración reitera la postura de la agencia sobre la necesidad de un control imparcial y efectivo de la asistencia.

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En mayo, las autoridades de Israel, en medio de una ampliación de operaciones de combate, anunciaron un nuevo plan de suministro de ayuda humanitaria para los habitantes de la Franja de Gaza. Este plan suponía organizar su distribución en áreas libres de cualquier presencia del Movimiento de Resistencia Palestina Hamás.

En su momento, el jefe de la UNRWA declaró que el plan de Israel de reanudar el envío de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza perseguía el objetivo de desplazar a sus habitantes de ese territorio palestino. La situación actual, según Lazzarini, agrava el sufrimiento y las dificultades para la población civil.

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